¿Cómo la mano invisible reparte las sobras de la riqueza global?*

0
234

A 7  MIL 100 MILLONES de personas –4522 millones de adultos– en el mundo. El 87.6% de los habitantes de este  deteriorado planeta, se les permite acceder, únicamente, al 16.1% de la producción.

Por cierto, gran parte de esa producción,  se hace con el trabajo extenuante de esos miles de millones de seres humanos.

¿Por qué existe un reparto tan desigual que obliga a  7  MIL 100 MILLONES de personas a vivir en auténtica sevidumbre y esclavitud?

¿Qué sentido tiene la libertad y la democracia para esos 7 100 millones de seres humanos devaluados por la compulsiva codicia de unos pocos?

            Jorge Luis Oviedo

Cuatro mil Quinientos veintidós millones de adultos condenados de antemano a vivir en un infierno construido por sus semejantes; sin poder atender a sus hijas ( las más débiles en fuerza física) ni y a su hijos ( los más frágiles mentalmente; sucumben ambos, niñas y niños, a la propaganda y las emboscadas de manipulación y fraude que les tiende el crimen organizado, de cuyas acciones se benefician los que conforman el 12.4% con mayores ingresos). Esos menores, actualmente, suman dos mil quinientos setenta y ocho millones. Nada, absolutamente nada significan el porvenir, la juventud, el éxito, las oportunidades (que tanto pregonan en USA) para esos condenados al infortunio.

Esta es una prueba contundente de cómo opera la mano invisible del mercado en el mundo capitalista. Es una prueba de quiénes son los auténticos dioses que gobiernan el mundo.

En cambio, los que controlan los medios de producción,  comercio,  inversión y  propaganda… , el 12.4%  de la población,  se quedan con el 83.9% de los bienes y servicios. En términos monetarios representan la la cantidad de USD 335.1 billones. En números USD 335 100 000 000 000.

Así es, de esos  USD 335.1 billones, 173.3 billones son para el 1%; y  USD 161.8 billones para el 11.4% de la población.

La actual pirámide de la concentración de riqueza demuestra que las formas de pillaje y despojo son cada año más sutiles y perversas.

Ahora hagamos una analogía de lo que pasa con los recursos y, fundamentalmente, con la forma cómo el 1% , los Homo sapiens predator se ha repartido el mundo a través del dinero: un medio tan abstracto como las palabras o los seres imaginarios: duendes, hadas, demonios, divinidades.

En el extremo más bajo de la pirámide, está el 53. 6%, unas 4 mil doscientas millones de personas, con el reparto de las sobras por la mano invisible, simbólicamente les tocan 2.1 millones de km2; un poco más de la quinta parte del Sahara.

La analogía es pertinente, porque, precisamente, así viven en sus precarios refugios fabricados con cartones, láminas rotas, pedazos de madera… que obtienen en los botaderos de basura de las grandes ciudades de los países periféricos.

 Allí, no muy lejos del hedor a pudrición de los basurales, rodeados de elevadas murallas, viven las élites locales,  una décima parte de la población local y algunos extranjeros, disfrutando del mejor de los mundos; mientras aquellos que se disputan las sobras de comida con los buitres, los perros callejeros, las ratas, etc.; viven en el inframundo, pero sobre la superficie, en la periferia de las ciudades de los países de la periferia.

Tomás Moro (1478-1535), que vivió la mayor parte de sus años durante en la época de los siglos XV  y XVI, caracterizados por las exploraciones a través del océano Atlántico, la búsqueda de rutas comerciales y, finalmente, la gran expansión conquistadora de unos pocos reinos europeos que, curiosamente, su extensión territorial (continental)  equivale al 1% de la superficie de los todos los continentes. Nada es casual en un mundo en el que, la mano invisible de las sociedades anónimas, hace un reparto tan desigual, tan injusto y cínico. Pues, en su época, Moro escribió: «Así, cuando miro esas repúblicas que hoy día florecen por todas partes, no veo en ellas – ¡Dios me perdone! – sino la conjura de los ricos para procurarse sus propias comodidades en nombre de la república. Imaginan e inventan toda suerte de artificios para conservar, sin miedo a perderlas, todas las cosas de que se han apropiado con malas artes, y también para abusar de los pobres pagándoles por su trabajo tan poco dinero como pueden. Y cuando los ricos han decretado que tales invenciones se lleven a efecto en beneficio de la comunidad, es decir, también de los pobres, enseguida se convierten en leyes.»

Conviene reforzar esta censura al comportamiento de los ricos (nada nuevo en la religión), con dos párrafos de Adam Smith en la Riqueza de las Naciones; y la , finalmente, con la narración de un reparto de oro que tuvo lugar hace 500 años

Escribió Smith: “El trabajo anual de cada nación es el fondo del que se deriva todo el suministro de cosas necesarias y convenientes para la vida que la nación consume anualmente, y que consisten siempre en el producto inmediato de ese trabajo, o en lo que se compra con dicho producto a otras naciones.” (La Riqueza de las Naciones, Introducción y Plan de la Obra, párrafo primero )

Y esta otra:

“Toda persona es rica o pobre según el grado en que pueda disfrutar de las cosas necesarias, convenientes y agradables de la vida. Pero una vez que la división del trabajo se ha consolidado, el propio trabajo de cada hombre no podrá proporcionarle más que una proporción insignificante de esas tres cosas. La mayoría de ellas deberá obtenerlas del trabajo de otros hombres, y será por tanto rico o pobre según sea la cantidad de ese trabajo de que pueda disponer o que sea capaz de comprar. ” ( Op cit, Capítulo 5, Del Precio Real y Nominal de las Mercancías, o de su Precio en Trabajo y su Precio en Moneda, párrafo primero.)

Ahora veamos el reparto de oro que hizo, en México-Tenochtitlan, Hernán Cortés en 1520:

            “Lo primero se sacó el real quinto y luego Cortés dijo que le sacasen a él otro quinto como a Su Majestad, pues se lo prometimos en el arenal cuando le alzamos por capitán general y justicia mayor, como ya lo he dicho en el capítulo que dello habla. Luego, tras esto, dijo que había hecho cierta costa en la isla de Cuba, que gastó en el armada, que lo sacasen del montón. Y demás desto, que se apartase del mismo montón la costa que había hecho Diego Velázquez en los navíos que dimos al través, pues todos fuimos en ello. Y tras esto, para los procuradores que fueron a Castilla. Y demás desto, para los que quedaban en la Villa Rica, que eran setenta vecinos, y para el caballo que se le murió y para la yegua de Juan Sedeño que le mataron los de  Tascala de una cuchillada. Pues para el fraile de la Merced y el clérigo Juan Díaz y los capitanes y los que traían caballos, dobladas partes, e escopeteros y ballesteros por el consiguiente, e otras sacaliñas. De manera que quedaba muy poco de parte. Y por ser tan poco, muchos soldados hobo que no lo quisieron rescibir; y con todo se quedaba Cortés, pues en aquel tiempo no podíamos hacer otra cosa sino callar, porque demandar justicia sobre ello era por demás. E otros soldados hobo que tomaron sus partes a cien pesos, y daban voces por lo demás. Y Cortés, secretamente, daba a unos y a otros, por vía que les hacía merced, por contentallos, y con buenas palabras que les decía, sufrían. Pues vamos a las partes que quedaban a los de la Villa Rica, que se lo mandó llevar a Tascala para que allí se lo guardasen; y como ello fue mal repartido, en tal paró todo como adelante diré en su tiempo. (Bernal Díaz del Castillo, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, Capítulo CV, Cómo se repartió el oro que hobimos, así de lo que dio el gran Montezuma como lo que se recogió de los pueblos, y de lo que sobre ello acaesció a un soldado)

He puesto en negrita parte del segundo párrafo de Smith, donde, bien puede deducirse, no es necesario esperar que Marx describiera con mucho detalle, décadas más tarde, los artificios inventados por los ricos  a que se refiere Tomas Moro. Algunos de esos artificios más recientes son: las formas de ahorro; pero, sobre todo, los sistemas de seguros: de vida, de accidentes, de salud, de daños a terceros, de terremotos, inundaciones, de retiro laboral, etc. 

Toda riqueza es consecuencia o efecto del esfuerzo de toda la comunidad. Y, en segundo lugar, nadie puede enriquecerse con su solo trabajo, por muy diligente que sea. Necesita para ello aprovecharse del trabajo de otros por muy diversas vías: financieras, industriales, comerciales, impuestos para sostener al ejércitos que dan golpes de estado y cuerpos policiales que reprimen a los que tienen salarios de hambre, etc.

Por otra parte, el fragmento citado de Bernal Díaz nos ilustra claramente de una práctica cotidiana, de la que Cortés hizo gala: el poder elitista : “Y Cortés, secretamente, daba a unos y a otros, por vía que les hacía merced, por contentallos, y con buenas palabras que les decía, sufrían.

            Con el reparto de la riqueza (producción  de bienes y servicios) las viejas prácticas se han invisibilizado a través de la niebla de las sociedades anónimas, esa es la mano invisible y perversa de la que se valen los neoliberales, los oligarcas.

En eso, ciertamente, consiste el éxito de los capitalistas; porque los que controlan los medios de producción, comercio, inversión, propaganda y represión son los que controlan a la mayoría de políticos. Estos últimos son cómplices del despojo que sufre el 87.6% de la población del planeta, la casa de todos.

La codicia no tiene límites, ya lo sabemos. Bernal Díaz, por cierto, lo dijo así: “Como el oro  comúnmente todos los hombres lo deseamos, y mientras unos más tienen, más quieren,…” (op cit; Cap. CVI).

Preguntémonos, entonces, ¿Debe tener límite la riqueza en el mundo capitalista?

 Por cierto, las personas que son USD milmillonarios, están de acuerdo en pagar más impuestos por sus «ganancias». Claro, se trata de devolver un poco y de seguir con el “invisible” reparto, tan favorable para mantener el control de todo.

Sin embargo, los impuestos son, precisamente, los que más han contribuido a incrementar las desigualdades, la pobreza y la pobreza extrema.

Los impuestos equivalen a que una sola persona empuje una carreta cargada pendiente arriba. Nunca logrará su objetivo, por eso todos los gobiernos de los países capitalistas periféricos son pobres y se los obliga a ser mendigos internacionales.

Otra opción es, por ejemplo, que los USD 335.1 billones que se apropia el 12.4%, se repartieran entre el 87.6 % de la población. De esa forma a cada adulto que trabaja jornadas extenuantes todo los días, le tocaría la aceptable cantidad de USD 74 104.37 anuales.

Al 12.4%, le quedaría: USD 99 704.00. Tampoco es despreciable.

Dirán que esto parece morismo, marxismo, populismo o, peor aún ¡comunismo!

            Sin embargo, es conveniente debatir con énfasis y con la finalidad de acortar esta abismal desigualdad de ingresos, de aprovechar la tecnología, la ciencia, etc. para el bienestar de todos.

Nunca, que se sepa, se han sometido a debate temas fundamentales y luego a votación; ahora que tanta propaganda se le hace a la democracia en los países donde unos pocos se quedan con, la casi totalidad de los bienes producidos entre todos. Y es en ese ámbito que insistimos en la ELIMINACIÓN DE LOS IMPUESTOS; DE LAS DEUDAS PÚBLICAS (incluso con las deudas particulares), por contradictorias con lo natural.

            De parte nuestra reiteramos la propuesta de  LA CONTRIBUCIÓN REFLEJA, que no es otra cosa que el reflejo de todo el trabajo de las personas, que a su vez se refleja en la producción y los servicios comercializados y en el trabajo existencial no comercializado (maternidad, oficios domésticos y el estudio de la niñez y la juventud).

            Se trata de un PIB ampliado que luego se duplica vía refleja, del modo que se duplica nuestra imagen frente en un espejo; que es, exactamente, la forma como el dinero, mera abstracción, adquirió valor simbólico, hace siglos, para facilitar el intercambio de productos y servicios; y que, posteriormente, fue, su uso, pervertido, por usureros y comerciantes, tal como Tomás Moro hace referencia y como Marx lo detalla en El Capital.

            Al duplicarse, vía refleja y de forma automática la actividad (realidad) laboral de todas las personas; cada una de las comunidades, dispondrá de un poder adquisitivo igual al esfuerzo de todo el colectivo, para atender los asuntos públicos: obras de infraestructura, educación, servicios de salud, apoyos a la investigación científica, etc.

            Véanse mejor los distintos escritos en que hemos ido exponiendo LA CONTRIBUCIÓN REFLEJA a través de este portal.

            Aquí un enlace:

¿Se opondrán también a esto los libérrimos apologistas del neoliberalismo?

*Informe sobre Riqueza Global 2020, Credit Suisse  (https://www.credit-suisse.com/about-us/en/reports-research/global-wealth-report.html)

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here