Coctel Mortal: Política con Religión

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Marlin Oscar Ávila

Había mucho contenido en aquello dicho por Jesús dos mil años atrás, según Mateo 22: “Dad al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios, lo que es de Dios”. Pero los fundamentalistas religiosos actuales necesitan volver a escucharlo, recordar la diferencia entre el poder político con el religioso. Aun cuando en Costa Rica, esos religiosos, se han declarado más interesados en el poder político terrenal y lo mezclan, porque sus pastores ven así multiplicar sus fortunas.

Durante este período electoral, de una segunda ronda al primero de abril, un foráneo se puede sorprender de los niveles emotivos con los que aborda el costarricense de la calle el tema político. Al igual que el fútbol, los taxistas, los vendedores de la calle, en las tiendas, en los restaurantes, los autobuses, la gente se presta a abordar el tema político. Solamente que el visitante debe estar listo a esa mezcla de lo político con lo religioso. A la vez que le dicen el nombre de los dos candidatos para presidente, aun cuando Fabricio Alvarado Muñoz, es su líder, le pueden mencionar el de Lucifer, el Demonio, el Diablo, etc. Después de develar el otro candidato: Carlos Andrés Alvarado Quesada, como opositor, insinuando que él es amigo con esos personajes de la farándula religiosa. Su explicación sobre el contexto político es que el país va de mal en peor, el PAC, partido de Carlos Alvarado, es responsable de todos los males de Costa Rica, incluso de los causados por el Partido Liberación.

Le recuerdan de la existencia que hubo miles de años atrás de las dos ciudades: Sodoma y Gomorra, para actualizarlo sobre la política, en la que se pretende dar educación sexual en las escuelas (inaudito para el religioso fanático). Es para ese fanático, convertir a la niñez en homosexual, en mostrar sus intimidades en público y pervertir a la juventud, que de por sí, “ya está por el mal camino de la droga y la destrucción de la familia”. Para ese “tico” o “tica”, es la integración familiar el camino a la felicidad, la honradez, el decoro, la honestidad, y el desarrollo de Costa Rica. Ni se le ocurra al interlocutor decir que eso es religión y no política, la cual establece la institucionalidad que construye una nación hacia su propio desarrollo. De inmediato, le sugieren que usted no cree en Dios, es usted un ateo, seguramente admirador de Chávez, de Maduro, de Evo Morales, de Daniel y de Correa, para finalmente ubicarle en la categoría utilizada propiamente en la guerra fría: usted seguramente es comunista.

Ese razonamiento simplista que gira en el entorno de la familia, es el que ahora trata de imponerse por el partido Renovación Nacional, en menos dos meses, como si llegar a gobernar es asunto de tomar cursos de una a dos semanas. Desde luego, para contar con personas capaces profesionalmente, se tendrá que unir con los otros partidos conservadores, como el PUSC que tiene su doctrina social cristiana. Para ilustración, en la primera semana de esta segunda vuelta electoral, Fabricio prohibió a su bancada dar entrevistas en los medios, puesto que sus feligreses que ocupan las curúles de la Asamblea Legislativa, aun no tienen capacidad para saber reaccionar ante la prensa, según su propia expresión.

En un país de casi cinco millones de habitantes, con una clase media de aproximadamente un 40%, con un promedio educativo del noveno año, cuando utiliza un 7.2% del PIB en educación, y sus universidades se codean con las mejores de América Latina, no deja de ser raro este fenómeno del bajo grado de conciencia crítica y alto grado de conciencia mágica en una proporción considerable que está eligiendo a un pastor fundamentalista como presidente.

El costarricense es alegre, con la costumbre de salir de su medio ambiente lo más que puede para distraerse en fines de semana y vacaciones. Tiene un significativo turismo interno, también le gusta salir a divertirse en familia y ha sido reconocida como una población más liberal al resto de Centroamérica. Tiene uno de los mejores sistemas de salud en el continente, fue el primer país en declarar la educación pública gratuita y lo difícil es justificar los motivos por los cuales una persona no haya cursado su educación básica, al menos.

Esto nos lleva a pensar que han sido los medios informales de la educación lo que han alienado la mentalidad “tica”. Su juventud cada vez más está alimentando su cerebro de programas televisivos hechos en Hollywood o con telenovelas colombianas y mexicanas; los noticieros que dan información sesgada; los medios electrónicos de comunicación se utilizan para cualquier otra cosa menos para educarse o informarse. Desde luego, todo esto es acompañado por las agresivas religiones y sectas fundamentalistas que ingresan en los barrios pobres y hasta de clase media.

Los pastores religiosos inician su promoción con un discurso de culpabilidad por haber nacido en este mundo. La culpa de ser seres humanos pecadores, que debemos someternos al Dios Todopoderoso. Aceptada la culpa, viene la necesaria redención y limpieza del espíritu pecaminoso. Esto se logra rezando y donando. Lo segundo es indispensable “para el perdón de los pecados y haber nacido impuro”. Se da un adoctrinamiento en el cual se induce a elegir como presidente a un pastor (Fabricio), como lo hace ahora Costa Rica, simplemente porque el Tribunal Supremo de Elecciones permitió violar el artículo 28 de la Constitución.

No cabe duda que las corrientes conservadoras y ultraderechistas están dispuestas a violar cualquier precepto y cualquier norma jurídica, con tal de tomarse el poder de las naciones latinoamericanas. Tampoco debemos dudar de que sus capitales internacionales y sus baterías apuntan hacia esta pequeña nación con una democracia ejemplar, en riesgo de sucumbir.

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