Hasta el día 30 de enero, Taiwán ha confirmado a 9 personas infectadas mientras que China ya ha registrado 8.126 infecciones y 171 muertes desde que el virus se identificó por primera vez en diciembre del año 2019, según estadísticas oficiales.
Taiwán se prepara para una larga batalla contra el nuevo coronavirus. Se impondrán fuertes sanciones a cualquier persona que oculte su historial médico, de contacto y de viaje o viole la cuarentena, advirtió el primer ministro Su Tseng-chang, ya que Taiwán es particularmente vulnerable al virus debido a su proximidad geográfica a China.
Las medidas concretas para prevenir la propagación incluyen controles fronterizos más estrictos. Se ha impuesto una prohibición temporal a la entrada de turistas de la provincia china de Hubei, en donde se detectó el virus por primera vez en diciembre pasado. Además, los chinos de otras regiones distintas de Hubei, a quienes ya se les otorgaron permisos de entrada a Taiwán, tendrán que posponer sus viajes para una fecha posterior.
Taiwán confirmó el martes 21 el primer caso de contagio del coronavirus, una víctima evidente. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) no invita a Taiwán a participar en reuniones de expertos relacionadas con el 2019-nCoV ni permitir la participación de Taiwán como observador en la Asamblea Mundial de la Salud, debido al bloqueo o oposición política de China.
La OMS convocó el miércoles 22 al comité de emergencia en Ginebra. Se invitaron a expertos procedentes de los países con casos importados del 2019-nCoV, incluyendo a Estados Unidos, Tailandia, Japón y Corea del Sur, que suscitó críticas.
Enfatizando que el virus no conoce fronteras, la portavoz de la Cancillería de Taiwán dijo que Taiwán no debería convertirse en una fisura de la red de prevención epidémica global y la política no debería superar la salud de los seres humanos. Los Estados Unidos, Japón, Unión Europea, Canadá y Santa Lucía ya han expresado estos días su apoyo a la participación de Taiwán en la OMS.
