La contribucion refleja en vez de la reserva fraccionaria

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Jorge Luis Oviedo

II parte

(Una propuesta para Fortalecer lo Publico, Eliminar los Impuestos y Adoptar una Nueva Forma de Emisión Monetaria que Facilite el Pleno Empleo y no Genere Deuda Pública  Interna a los Países)

¿Cuándo surgió  la banca de Reserva Fraccionaria?

La banca de reserva fraccionaria surgió, oficialmente, alrededor de 1668, con el “Riksbank de Suecia, el primer Banco Central del mundo; aunque ya se habían utilizado formas primitivas de banca de reserva fraccionaria de parte de banqueros «visionarios» o atrevidos.

La idea de que los depósitos de dinero pueden crecer y expandirse; y estimular la economía a través de préstamos o nuevas deudas, pronto se hizo popular entre los banqueros, con muy sobrada razón contable.

“Tiene sentido, dijeron, utilizar los recursos disponibles para fomentar el gasto en lugar de acumular dinero en una bóveda”, mientras se relamían los bigotes tintos

Y así los banqueros corrigieron la creación imperfecta de los dioses. Y es natural. Ni uno sólo de los dioses era experto en especulación financiera ni propaganda.

Los dioses eran artistas, creadores de cosas como cualquier artesano. Algunos, según se refiere en el Popol Vuh, incluso, experimentaban, porque no eran perfectos como muchos creen. Por ejemplo, el relato de creación en la tradición maya-quiché tuvo tres intentos (a lo mejor de allí viene aquello que repiten muchos: “a la tercera es la vencida”). Bueno, los dioses maya-quiché, fabricaron primero, unas parejas de barro; pero las lluvias del trópico convirtieron el barro en lodo (algo muy poco probable en los áridos territorios donde surgió el Judaísmo); pero los dioses no se desanimaron y, entonces, hicieron como el creador de Pinocho, usaron madera y armaron varias parejas. Pero ya saben, en la temporada seca, entre marzo y abril sobre todo, el fuego es voraz por estos lares de “eterna primavera”, y la madera buen combustible. Ya sabrán qué pasó; pero no todos se quemaron, algunos lograron subirse a la copa de los árboles y desde entonces viven allí convertidos en monos. Así que hubo un tercer intento y las primeras cuatro parejas fueron hechas de maíz.

Volvamos al ingenioso universo  de los dioses terrenos: los banqueros.

Así, pues, los banqueros encontraron un mecanismo para multiplicar las ganancias con un artilugio «creativo» y, sin esfuerzo físico, de su parte. Por ello vale la pena la siguiente cita que seguramente les sirvió para inspirarse, aunque no a los suecos, pero sí en USA:

“Toda persona es rica o pobre según el grado en que pueda disfrutar de las cosas necesarias, convenientes y agradables de la vida. Pero una vez que la división del trabajo se ha consolidado, el propio trabajo de cada hombre no podrá proporcionarle más que una proporción insignificante de esas tres cosas. La mayoría de ellas deberá obtenerlas del trabajo de otros hombres, y será por tanto rico o pobre según sea la cantidad de ese trabajo de que pueda disponer o que sea capaz de comprar. Párrafo primero del Capítulo 5, del Libro Primero de Adam Smith. “La Riqueza de las Naciones”.  

Esta es la idea que subyace en este mecanismo. Se trata de hacer con dinero creado de la nada (sin ningún respaldo real) que la gente consuma o invierta y así volver dinámica la Economía ( según la teoría), es decir, que el rebaño o la endeudada servidumbre trabaje duro, que sude, se empolve, enlode; se moje el culo para pescar, pero los mejores filetes los disfruten, con un buen vino, claro está, los banqueros o algún acaudalado industrial de las armas o los fármacos o los medios corporativos…

Reitero, se trata de una especie de lotería. En la que el préstamo es el premio que se recibe por adelantado y, el sorprendido ganador, queda atado por mucho tiempo o el resto de su vida; y así se vuelve parte del inmenso rebaño de endeudados que, con sus pagos puntuales (porque hay que ser obediente), sostienen a esa élite financista (es mejor que financiera, porque rima con fascista) que, acaso, represente la cien milésima parte de la población mundial: 75 mil «indebidos cabrones», más o menos.

De allí la falacia impuesta de que nadie puede prescindir del Crédito o los préstamos. Similar a aquella otra que dice: «nadie escapa de los impuestos y la muerte».

Pero sigamos el hilo.

La práctica ha demostrado que este mecanismo de creación del dinero es lo que ha llevado a una acelerada desigualdad de ingresos a las personas o, en sentido práctico, a una desigual distribución de los bienes y servicios que se obtienen con el sudor, la sangre a veces, la precariedad de obreros, campesinos, operarios, pescadores, conductores, mecánicos, albañiles, jardineros…

Así, unos pocos, expertos en artilugios de especulación financiera son los grandes acumuladores de “riqueza” y no precisamente, los Estados (en abstracto) y mucho menos: La Sociedad como sinónimo de la mayoría o la totalidad  de la Población.

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