Por Bernal Noches, El Atrasado
Crónica en la que se habla de esta que no es fruta ni árbol
o enredadera ni animal ni nombre alguno de extraña planta,
sino la palabra de más difícil comprensión que por estos lares existe.
Jorge Luis Oviedo
Verga para quienes de estas Honduras o Higueras no somos, una palabra de muy difícil comprensión es, como aquella famosa planta de la que habla Fernández de Oviedo en sus crónicas del libro deceno de la primera parte de la Natural y General Historia de las Indias: de los árboles medicinales o de las plantas e sus propiedades, en el capítulo I, “Del árbol o planta con que sueldan las quebraduras o cosas rompidas en la persona del hombre” y que el texto, en su parte principal dice: “Hay en esta isla Española unos árboles que son comunes e hay muchos dellos en estas islas, e muchos en la Tierra Firme, los cuales son espinosos e tales, que, al parescer, ningún árbol o planta se puede ver de más salvajez; e segund la manera suya no me sé determinar si es árbol o planta. Hace unas ramas llenas de unas pencas anchas e disformes, o feas, de muy mal parecer e talle, e muy gruesas y espinosas; las cuales ramas fueron primero hojas e pencas cada una dellas, e de aquella hoja o penca nascieron otras, e de las otras, otras. E destas pencas endurecidas, o en tanto que se endurescen, procrean otras, alogándose, e de las otras, otras, e de penca en penca se convierte en rama. Finalmente, es de tal manera este árbol, que tengo por dificultoso poder darse a entender por escripto, e sería nescesario pintarle de mano de tal pintor, e de tan apropriadas colores, que por la vista se comprehendiese lo que por las palabras no creo que es posible entender ningún absente, tan al proprio como de otros árboles se entiende, por ser tan desemejante de todos, que otro nombre me paresce que no hay tan al propósito de su salvajez y extremos nunca oídos ni vistos en otras partes, sino monstruo del género de los árboles”.
Que no teniendo como Fernández de Oviedo, del dibujo la posibilidad como hízolo entonces, y en siendo que no es esta una fruta ni mucho menos y que el diccionario de la RAE, como nuestros lingüistas dicen, solo la define como el pene del toro o como vara o medida toledana, y otras cosas más que nada tienen que ver con los usos muchos que acá aplícanle estos hondureños y que déjannos a los extranjeros todos, como ellos dicen por la re verga (es decir perdidos completamente) aunque la re verga también entiéndese como lugar lejano o distante; mas dícese también para ello, la quinta verga, que nada que ver tiene esto de quinta con alguna mansión o finca bellamente acondicionada; mas éste apenas un uso es, otros hay; el primero y quizás menos llamativo y hasta vulgar es el que la cosa del hombre designa, el pene, digo; y por eso recurro como haciéndolo estoy, a los otros usos muchos que la palabra o palabreja tiene, entre estos nativos que parécenme algunos de muy grande ingenio.
Así escúcholos decir en las secretarías de estado a los que burócratas quieren ser: hoy me va a recibir la mera verga (es decir el máximo jefe), o bien que alguien le dice a otro, amigo tal vez, “no te preocupés por tu trabajo, andate tranquilo por que te voy a recomendar con un alta verga” (que en esto no es como lo del alcalde de la vara alta), entiéndase sí, como alguien de mucha importancia; un coronel, si de militar se trata; un diputado, si político es. Y las madres dícenle a los niños, cuando en la escuela mal salen: “yo no sé a quien has salido tan la verga”, o sea haragán, pero también, imbécil aplícase, por lo no rendir en las clases; y si los nos niños no hacen bien las tareas, dícele la madre o el padre o el hermano mayor: te voy a trampar verga (castigar entiéndase en este caso), mas no culmina ahí el asunto, porque están aquellos que cuando algo no gústales o aburrido se han, dicen muy prestos: “yo me pelo la verga o me voy a la verga”, aunque igual no es, por que pelarse la verga es salir de escondidas, y la otra forma con aviso o despedida; aunque, en las aldeas o pequeños poblados, en las ciudades no tanto o casi nada, cuando las muchachas que se van con sus novios (a las ancas del caballo o de una mula, otras veces en moto y casos hay en que hácenlo en el tubo de una bicicleta), dícese : “se peló la verga con fulano” (que no la del fulano, que ese ya es otro decir); y a los niños escúchaselos, en las escuelas durante sus recreos, cuando pelearse quieren: démonos verga, o sea darse de trompadas y patadas o dicho de modo mejor, pelearse; ahora, cuando algo muy difícil está, por ejemplo, los obreros cuando quieren salir temprano o un trabajo rápido concluir, decir suelen: aquí no hay de otra que echar verga, compadre, como los hombres jergones (o sea valientes o fuertes o hábiles) porque según la circunstancia es; pues si dícese de alguien: “¡qué la verga!”, decir quiere que no sirve para hacer algo, que no es bueno en esto o aquello o que muy haragán es; pero si dícese: “¡qué verga”, otra cosa muy distinta significa, puede ser una grande, pero muy grande borrachera; pero si escúchase: “andaba a verga”, que andaba borracho o embriagado implica; mas si alguien dice: “pongámonos a verga”, que proponiendo emborrachase está, entiéndese; y si otro exclama: “me vale verga”, que nada le importa entiéndese; y si dice “verga y verga”, que no debe detenerse en lo que haciendo está; distinto es decir: “mascar verga”, y es que algo mal salió y el afectado aguantarse ha por tiempo mucho. Mas si dícese que alguien se cree la gran verga, entiéndese que petulante o arrogante es, y presumir sin lo merecer. Existe también la expresión: “rumbar o tirar verga”, o sea que para los discursos bueno es, o no quédase callado ni se deja humillar o ser bueno para el fútbol, si de deporte se trata, o ser bueno para cualquier actividad, mas no excelso o lo máximo, pero si luchador constante; también dícese: “Verga a verga”; que entiéndase cuando se ponen las cartas sobre la mesa o cuando claro se hablan las cosas, sin rodeos o diplomacia; pero cuando dícese ¡verga!, es por que se duda de algo, ya con método o sin él; otra forma hay y es a punta de verga, refiérese a los que las cosan hacen a fuerza de castigo; pero como esta es una palabra de grande acomodo úsase con derivaciones de muchas otras formas o maneras harto probadas aquí, pero poco conocidas allá: así: “vergazo” que lo mismo no es que vergajazo, parecido en parte, porque lo que se da con el vergajo del toro no es, si no cualquier golpe fuerte; por que el otro día escuché en una escuela, que la casualidad da, a una maestra que a un niño corregía: “no se dice vergazo”, eso es vulgar, se dice golpe”; el niño quejándose que otro compañero dádoselo había, respondió con grande seguridad: “es que no fue golpe, profesora, fue vergazo, porque me dolió y si hubiese sido golpe tampoco le hubiera puesto la queja; entiéndese, pues, en este caso, golpe muy, pero muy fuerte. Pero por vergazo entiéndese también, montón de cosas: “vergazo de ropa” (mucha ropa), vergazo de pisto (adinerado), vergazo de días (muchos días hace), en fin; úsase mucho también, en las aldeas y pueblos: “vergal”, un lugar inhóspito entiéndese o cualquier sitio poco agradable; muy distinto es decir: “de a verga”, que es pasarla bien, pero igual no es: vivir de a verga, vivir a costillas de otro implica; que hombres hay que de mujeres viven de esa manera, un poeta conozco, por cierto de buenos versos eróticos, con los cuales muchas mujeres conquistado ha para su verga (que este significado sí regístralo el diccionario como aclarelo al principio); a otros he oído decir: pura verga o sea, pura vida; pero también dícese: “vergón”. Y esto al buen jugador, por ejemplo, al amigo que fallar no sabe cuando búscasele, que insulto no es, si no lo contrario; y cuando relajo hay, no dícese tal; sino vergoloteo o vergueo o pijeo (que pija en todo sinónimo de verga es); y cuando algo muy difícil está, no dices dificultoso o algo parecido, sino verguiado (aunque paréceme que debe ser vergueado, pero igual úsase; y cuando no se quiere ofender al amigo por algo que salió mal dícesele “verga vieja”. Pero además de las derivaciones: vergazo, vergón, vergal, verguita, verguiado o vergueado, vergota, vergotota, vergototota o las expresiones como verga vieja, verga loca, hasta una filosofía hay, que llamase valeverguismo, y que esto decir quiere que a la persona todo le vale verga, y a estas alturas paréceme que a mí también, porque a lo mejor no reifiérolo esto con tanta facilidad como deseo, para que bien entiéndase con todos sus usos que esta tal palabreja tiene, porque en siguiendo nunca terminaría de explicarlos y ejemplificarlos todos, pues otra palabra no hay en estas Honduras que tanto acomodo tenga para salir de cualquier apuro idiomático. Mas algo espero al lector español de España haberlo aclarado en esto de los dialectos castellanos de América, vale.
*De las Crónicas del Atrasado; publicado por prima vez en diario Tiempo,
viernes 14 de julio de 1995.