Para la oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) no es suficiente que un inmigrante, aunque sea indocumentado, trabaje, pague impuestos y sea honesto, ya que esa dependencia considera que dicha persona ha cometido una falta y deberá ser deportada.
Así es el caso de Ilsa Guzmán, una madre con tres hijos, casada con un estadounidense. Ella fue detenida el martes, luego de acudir a una oficina de “La Migra” a una supuesta cita de rutina, pero cuando estuvo ahí oficiales le dijeron que sólo querían platicar con la originaria de Honduras, quien no volvió con su familia.
Guzmán ingresó en 1999 a los Estados Unidos a través de la frontera con Baja California y California. En aquel entonces pidió asilo, pero le fue negado. Ella quería hacer las cosas bien, así que le fue instalado un monitor en el tobillo y aceptó sus controles de rutina.
En 2018, la hondureña se casó con un estadounidense en el área de St. Louis –donde vive desde el 2000–, reportó la televisora local KMOV, una filial de CBS. Ella no tiene antecedentes penales. Su único delito es ser indocumentada.
Steve Miller, esposo de Guzmán, está furioso por las acciones de ICE, porque considera que ella estaba haciendo “lo que debía hacer”, pero fue insuficiente para los oficiales. “¡Vayan por los verdaderos criminales y dejen a mi esposa en paz!”, exige el estadounidense.
La abogada de la hondureña, Evita Tolu, contó que los oficiales aseguraron que debían hablar sólo un momento con su cliente, pero nunca la devolvieron, sólo sus efectos personales.
Esta semana, después de 19 años en Estados Unidos, la hondureña será deportada. Es poco probable que ella vuelva al país legalmente, a pesar de que su esposo presentó petición para su Residencia Legal Permanente ante Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS).