El presidente Donald Trump dijo el miércoles que el arsenal nuclear estadounidense era “mucho más fuerte y más poderoso que nunca”, al tiempo que su secretario de Estado trataba de serenar las aguas con Corea del Norte e insistía que no había “una amenaza inminente”.
En una serie de tuits el miércoles por la madrugada, Trump ratificó su amenaza de la víspera al publicar un video en el que advierte que Pyongyang recibirá como respuesta a sus amenazas “fuego y furia como el mundo nunca ha visto”. También dijo que su primera orden como presidente fue “renovar y modernizar” el arsenal nuclear.
“Esperemos no tener que usar jamás este poder, ¡pero nunca llegará el momento en que no seamos la nación más poderosa del mundo!”, tuiteó el presidente.
No estaba claro de inmediato si el presidente tenía pruebas para sustentar su declaración sobre la fuerza nuclear.
En los primeros días de su presidencia, Trump ordenó un estudio para garantizar que el disuasivo nuclear estadounidense fuera “moderno, robusto, flexible, resistente, presto” y adecuado a las amenazas del siglo XXI. La Casa Blanca no ha publicado los resultados de la evaluación. Un proceso de modernización iniciado por el anterior presidente Barack Obama está en sus primeras etapas, pero no hay cambios esenciales en la fuerza heredada por Trump el 20 de enero.
Stephen Schwartz, analista independiente de asuntos de armamento nuclear, calificó el alarde de “claramente absurdo”. Escribió en Twitter que “nada ha cambiado en los últimos 201 días que incremente el poder general del arsenal nuclear estadounidense”.
Horas antes de los tuits de Trump, el secretario de Estado, Rex Tillerson, llamó a la calma y dijo que los estadounidenses no tienen “de qué preocuparse” a pesar del intercambio de amenazas entre el presidente y Corea del Norte.
En el avión que lo traía de regreso de Asia, Tillerson dijo que el curso de los acontecimientos no apunta a que Washington se acerca a la opción nuclear frente a la crisis.
“Los estadounidenses pueden dormir en paz”, dijo Tillerson, y añadió: “Nada de lo que he visto y nada de lo que sé indica que la situación ha cambiado drásticamente en las últimas 24 horas”.
Con estos mensajes divergentes de Tillerson y Trump, los norcoreanos se verán en dificultades para interpretar la actitud de Washington.
En términos más serenos que Trump, Tillerson dijo que el presidente intentaba enviar un mensaje fuerte y claro al líder norcoreano para que no hubiera “errores de cálculo”.
“El presidente le está enviando un mensaje fuerte a Corea del Norte en un lenguaje que Kim Jong Un puede comprender, porque parece incapaz de comprender el lenguaje diplomático”, dijo Tillerson, y añadió que Estados Unidos “se defenderá a sí mismo y sus aliados”.