Estados Unidos y México se han reunido dos veces para resolver los detalles de un nuevo plan para regresar a través de la frontera común a los inmigrantes que buscan asilo en Estados Unidos, pero México no aceptará a nadie que enfrente una amenaza creíble en su país, dijo un portavoz de la secretaría de Relaciones Exteriores de México.
En un importante cambio de política, el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el 20 de diciembre que enviaría a los inmigrantes no mexicanos que cruzan la frontera sur de su país a esperar en México mientras se procesan sus solicitudes de asilo en suelo estadounidense.
En ese momento, México dijo que aceptaría a algunos solicitantes de asilo de América Central por razones humanitarias, en lo que muchos vieron como una concesión temprana a Trump por parte del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el cargo el 1 de diciembre.
Trump está demandando 5,700 millones de dólares en fondos para construir un muro a lo largo de la frontera con México, lo que ha provocado el cierre del gobierno de Estados Unidos por 33 días, y dejado a 800,000 trabajadores federales sin paga.
En una entrevista el martes, el portavoz de la secretaría de Relaciones Exteriores, Roberto Velasco, dijo que México no puede aceptar el regreso de los migrantes que están «en peligro».
«Si nos regresan gente que pertenezca a grupos vulnerables, y tengan un miedo fundado de una persecución en México, o gente que requiera en general de una atención especial. Nosotros no tenemos ningún recurso para enfrentar eso», dijo.
Velasco no dijo cómo México y Estados Unidos determinarían qué solicitantes de asilo estaban en riesgo en México. El año pasado, aproximadamente 93,000 personas buscaron asilo en la frontera sur, un 67 por ciento más que en 2017, según datos del gobierno estadounidense.
Existen serias dudas sobre si México puede mantener seguros a los solicitantes de asilo de Centroamérica que huyen de la pobreza y la delincuencia, especialmente en las ciudades fronterizas que a menudo son más violentas que las ciudades que abandonaron.
Las autoridades están investigando las muertes recientes de dos adolescentes hondureños secuestrados y asesinados en la ciudad fronteriza de Tijuana, por mencionar un ejemplo.
No está claro cómo México planea acoger lo que podrían ser miles de solicitantes de asilo durante los meses, incluso años, que lleva la atención de los casos de inmigración en Estados Unidos. Existe un atraso de más de 800.000 casos que están pendientes en los tribunales de inmigración.
Velasco dijo que las secretarías del Interior y de Relaciones Exteriores de México habían celebrado dos reuniones desde el anuncio en el que las dos partes discutieron detalles tales como a qué hora y en qué puertos de entrada los solicitantes de asilo serían devueltos a México.
«Vamos a aceptar a ciertas personas, con una notificación de aparecer ante una corte en Estados Unidos. Ahora estamos explicando cuáles son esas ciertas personas. Estamos tratando entender cómo van a hacer esta devolución. Bajo qué condiciones».
En una medida que puede facilitar que México acepte a los centroamericanos devueltos por Estados Unidos, México ha comenzado a entregar visados «humanitarios» a los migrantes centroamericanos. Los titulares de las visas de un año pueden solicitar un permiso de trabajo.
El Instituto Nacional de Inmigración (INM) de México dijo que ha recibido más de 10.000 solicitudes de estas tarjetas de visitante por razones humanitarias, principalmente de El Salvador, Guatemala y Honduras.
«Estamos registrando su entrada a México y (vamos a) darles un estatus legal en México», dijo Velasco.
No se ha fijado una fecha para que Estados Unidos comience a devolver migrantes a México, agregó.