Ha avanzado tanto que ya no es posible resolverla por los medios tradicionales. El diálogo está descartado por la posición de los estudiantes de no aceptar a ninguna autoridad universitaria como interlocutora, especialmente a la rectora Castellanos, por lo que decidieron acudir al Congreso para que este, entre otras cosas, instituya una comisión de transición, integrada, proponen, por miembros de la comunidad universitaria.